Afortunadamente existe oposición a la enésima tropelia contra el patrimonio de la ciudad que una gente sin el más mínimo nivel cultural pretende realizar. Destrozar la "tribuna de los pobres" a cambio del típico diseño frío y despersonalizado, fuera de cualquier contexto histórico, parece la norma en la que obsesivamente se zambullen estas personas. No lo hemos entendido nunca. Ya derribaron "la Mundial", y posiblemente el adoquinado de Postigo de Arance desaparecerá. Ahora le toca a la tribuna. Es un sin parar. Qué ansiosos son. Desde aquí doy ánimo a todas esas asociaciones vecinales para que sigan luchando por la dignidad de su barrio, el respeto a nuestro patrimonio, y para que la memoria de los malagueños no continúe desapareciendo diluida entre líneas rectas sin sentido.
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